Te fuiste de mi lado y se desvaneció la vida.

Se apagó mi luz, se moría el alba,

y en la oscuridad las lágrimas brotaban,

incontroladas.

El alma se rompía, errante y enmudecida,

absurda y vacía.

Cada noche te recuerdo y me perdono cada día,

por no olvidarte,

por no dejarte,

alimentando así, mi agonía.

¿Cómo hacerlo, dime, si aunque no existieras

yo te soñaría?

Te buscaría de nuevo hasta encontrarte

sin pretenderlo.

Siempre te repetiría, amor,

siempre te repetiría

y de nada me arrepiento.

Y si por ello el dolor me ahoga,

que lo haga,

que por tí prefiero sentir

la herida de tu recuerdo,

que apenas sentir nada.

Deja un comentario

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

Aviso de cookies